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2021: un año de crecimiento sólido de la energía solar y eólica europeas

El informe «Energy Outlook 2021», publicado por ING, pronostica un curso en el que la energía solar y eólica europeas crecerán un 8% y 13% respectivamente con la instalación de otros 35GW más de energía verde

Comenzar el año nuevo con buenos propósitos es parte de nuestra tradicional manera de saludar un nuevo curso.Sin embargo, muchas veces estos buenos deseos acaban sepultados rápidamente por el devenir del día a día, quedando irremediablemente olvidados en nuestra memoria. Esto es algo que el sector de las renovables europeo parece querer desterrar para este 2021, y es que el nuevo curso arranca con unas previsiones más que optimistas en lo que a crecimiento de inversiones en energía solar y eólica se refiere.

Según el informe «Energy Outlook 2021«, publicado recientemente por la institución financiera ING, 2021 será un año de crecimiento sólido para la industria de la energía solar y eólica, que acumularán un 8% y 13% de crecimiento en el viejo continente. Es por esto que la inversión en la transformación energética parece ser uno de los dos grandes pilares de recuperación económica que la Unión Europea se ha fijado para combatir las grandes cicatrices provocadas por la crisis sanitaria, social y económica provocada por la pandemia de la COVID-19, que aún parece lejos de cesar sus daños.

¿Cómo se reparte este crecimiento en energía solar y eólica?

Así, según el informe, hasta 35GW de este tipo de energías limpias se conectarían al sistema europeo, algo que requerirá una inversión aproximada de 60.000 millones de euros para llevarse a cabo. Entre las cifras, destacan los 13GW de eólica terrestre, los 12GW de proyectos solares de pequeña escala, los 8GW de proyectos solares de gran escala o los 2GW de eólica marina -offshore-. Cifras esperanzadoras que se unen a las macroeconómicas, donde se espera un crecimiento de la eurozona en un 3,5%, algo que se traducirá en un aumento de la demanda energética de hasta un 3% por parte de los países. Si bien esta demanda podría dispararse hasta entre un 4% o 5% si, en el mejor de los escenarios, la disponibilidad de las vacunas aumenta por encima de lo esperado, lo que a su vez llegaría a suponer un crecimiento económico cercano al 6%. Escenario opuesto al más desesperanzador, con una pandemia en auge que podría traducirse en una contracción de un -0,5% de la economía europea.

 

Por otro lado, el informe arroja información significativa con respecto a la dependencia de algunos países con la energía eólica y solar. Tanto Reino Unido, como Alemania, España, Portugal o Irlanda basan su capacidad de generación eléctrica en hasta un tercio  a través de estas dos tecnologías verdes, lo que les convierte en las naciones más dependientes de este tipo de energía en toda la Unión Europea.

El Green Deal, un paso en firme para lograr la neutralidad climática a través de la inversión en renovables y red eléctrica

El pasado mes de diciembre, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, presentó un ambicioso plan para convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro para el año 2050. Este plan, llamado Pacto Verde Europeo (Green Deal), vio «luz verde» la pasada semana en una votación de la Eurocámara que salió adelante con 482 votos a favor, 136 en contra y 95 abstenciones. Esta aprobación fija, como «meta intermedia», el año 2030, para cuando las emisiones se habrán tenido que reducir en al menos un 55% respecto a las mediciones de emisiones obtenidas en 1990 en el territorio de la Unión Europea.

La base de este Green Deal es la del crecimiento socio-económico basado en el cambio del modelo energético europeo. Tal y como informa la propia Comisión Europea en su web, el Pacto Verde Europeo «debe permitir que las empresas y los ciudadanos europeos se beneficien de una transición ecológica sostenible «. Para ello, las instituciones europeas plantean una serie de actuaciones que van » desde una reducción ambiciosa de las emisiones a la inversión en investigación e innovación de vanguardia, a fin de preservar el entorno natural de Europa «. Para lograr esto, el ejecutivo europeo ha centrado su plan climático fijando varios objetivos más ambiciosos en materia de eficiencia energética y energías renovables, fijando cotas a alcanzar por cada estado miembro.

Así, la Unión Europea pretende atajar el cambio climático. Un problema que, según sus cifras, el 93% de los europeos considera «grave», para el que el 93% de esos ciudadanos ha realizado al menos una acción para combatirlo; y que el 79% de la ciudadanía está de acuerdo en que servirá de oportunidad para propiciar la innovación tecnológica.